Jorge Luis Mírez Tarrillo
Publicado en el Semanario "Amor y Llaga". Chota. Perú
Al ver a un recién nacido con malformaciones genéticas, me digo: y donde estás Dios mío. Veo subir al bus a un ex soldado de fuerzas especiales, con grandes cicatrices, mudo, pero con su uniforme cocido, peinado militar, su bandera peruana, por su boca salen sonidos agudos, la gente indiferente, se sienta, llora, besa la bandera peruana, se baja y va al siguiente bus, y yo digo: y donde estas Dios mio. Al mirar por el vidrio de una puerta, miro a pacientes con gripe A/H1V1, con sus mascarillas de oxígeno, aislados, como quien son los bichos raros de este mundo, y me pregunto: y donde estás Dios mío. La gente sommolienta en los buses, mirando calles que pasan, gente que sube y baja, aguantando frenadas imprevistas, vendedores de todo calibre, un tráfico infernal, y me pregunto: y donde estas Dios mío. Soy nuevo en un laboratorio en la UPCH y pregunto a los chicos(as) que hacen: uno trata de encontrar algo nuevo contra la TBC, otro anda escudriñando un ADN para comprender mejor una enfermedad, yo estoy por ahi para tratar de encontrar un metodo de retener más agua en la capa útil del suelo para las plantas, y me digo: Dios mío acá estás manifestándote? creando soluciones, comprendiendo el mundo, aprendiendo y ensañando, no dejando que el mundo nos consuma, sino buscando una mejor condición para el ser humano... y recuerdo, Dios nos hizo a su imagen y semejanza... y pienso, el mundo no requiere teóricos y habladores, sino que requiere personas prácticas.
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