Las Necesidades de la Infancia

Jorge Luis Mírez Tarrillo.

Todo el mundo quiere ayudar a los niños por motivos humanitarios. Pero en vista de la escasez de recursos nacionales e internacionales para fines de desarrollo en las regiones más pobres del mundo, muchas personas conscientes en posiciones claves, ponen en tela de juicio la prudencia de asignar recursos substanciales a programas específicamente diseñados para encarar las necesidades de la infancia. Sus dudas al respecto se ven acrecentadas por el rápido aumento de la población infantil, atribuido por lo común a los mejores servicios de salud, y por miedo de que incluso la producción de alimentos no podrá mantenerse al mismo nivel. Así, estas personas tienden a creer que el desarrollo económico ha de recibir prioridad si quieren lograrse beneficios duraderos, incluso en el terreno humanitario.

¿Cuánta atención habría que prestarle a los niños dentro de los planes de desarrollo de un pueblo, provincia, región o país?. De las respuestas a esta pregunta, no sólo depende el bienestar de los niños, sino también el tipo de preparación que recibirán para la vida. Porque un porcentaje tan grande la población está en juego, estas no pueden dejar de afectar a toda la población en general. Para darnos cuenta de la medida en que afectarán su futuro económico, basta recordar que entre los niños de hoyhabrán de surgir los planificadores, los supervisores industriales y comerciales, y el resto del personal clave que decidirá y dirigirá los asuntos económicos de las decadas venideras; los nuevos emigrantes a zonas industriales cuyo éxito en adquirir la destreza necesaria para un oficio, y en adaptarse a la disciplina del trabajo en una fábrica, serán de importancia crítica para todo el curso del desarrollo industrial; y en otros casos, por ejemplo el de los agricultores cuyo grado de aceptación de las nuevas técnicas agrícolas regirá, en buena parte, de la expansión de la disponibilidad mundial de alimentos.